
Un maker es una persona a la que le gusta construir e inventar. Es un término que normalmente esta asociado a la tecnología: son personas a las que les gusta la electrónica, la programación, la impresión 3D, pero también a disciplinas más tradicionales como la carpintería o el modelaje.
La cultura maker ha existido toda la vida. En sus orígenes eran artistas y artesanos, pero ahora, gracias a la gran cantidad de herramientas que tenemos al alcance de nuestras manos a un precio muy asequible, es más sencillo practicarlo como hobby.
Movimiento Maker y Educación
Siempre hablamos de que en el futuro la mayoría de carreras estarán relacionadas con las ciencias, las tecnologías, la creatividad y la innovación. La demanda de estas disciplinas en el mercado laboral ya es una realidad. Además, la economía digital/colaborativa/creativa esta cobrando una gran relevancia en el desarrollo de la sociedad.
Teniendo todo esto en cuenta, desde el ámbito educativo nos hacemos muchas preguntas :
- ¿Qué podemos hacer para preparar a los jóvenes para ser ciudadanos de éxito en el futuro de la economía digital?
- ¿Cómo podemos motivar en los estudiantes de hoy para aumentar su interés por las carreras que serán (aún más que ahora) más demandadas en el futuro?
- ¿Qué tipo de aprendizajes debemos potenciar?
Una posible respuesta la encontramos en un movimiento que surge alejado del sistema educativo y que parece estar respondiendo nuestras preguntas sin que todavía hayamos terminado de formularlas: la Cultura Maker.
Un maker básicamente es una persona que aprende por si misma (learning by doing): tiene la inquietud y motivación para buscar soluciones para resolver los diferentes problemas que se va encontrando por el camino. Gracias a esa inquietud puede superar barreras y materializar el concepto de aprender durante toda la vida. ¿Cómo trasladamos esto a la educación de nuestros hijos?
La solución debería pensarse fuera de los formatos tradicionales de la educación, aunque en los colegios se hacer algunas cosas, ya tienen currículos muy apretados y los profesores no siempre tienen determinadas habilidades. En casa deberíamos hacer un esfuerzo por inventivarlo.
Beneficios de la cultura Maker
Introducir la cultura Maker en el entorno educativo y entre los niños, ofrece muchos beneficios:
- fomenta que los niños experimenten, creen, se equivoquen y rectifiquen, aprendiendo del proceso y de los errores que cometen
- ayuda a desarrollar el pensamiento crítico,
- propicia el trabajo colaborativo,
- fomenta el sentimiento de pertenencia (trabajo en equipo),
- aumenta la motivación.
Este modo de trabajar está muy en línea con la Teoría de las Inteligencias Múltiples.
Además, la transversalidad del movimiento maker hace que se pueda adaptar prácticamente a todas las etapas educativas (desde los más peques en Infantil al bachillerato y la formación profesional).
¿Cómo podemos trasladar el movimiento maker a casa?
Evidentemente, la mejor forma de hacerlo es a través del juego.
Existen bastantes juguetes que sirven para introducir poco a poco a los niños en este mundo, proponiéndoles diferentes retos. Estos son nuestros preferidos:
De 4 a 7 años: Kit de plastilina conductora para empezar a experimentar con la electrónica y los materiales conductores.
A partir de 8 años: Kit para construir un sistema automático de riego de plantas que funciona con energía solar.
A partir de 10 años: kit para construir un altavoz con el que después hacer diferentes experimentos,
A partir de 12 años: No siempre es fácil encontrar juguetes para los niños un poco más mayores, pero te garantizamos que con este kit triunfarás, Este kit es para construir un auténtico sintetizador.